El almacenamiento en baterías se ha convertido en una de las piezas clave para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico en España. La expansión de las energías renovables —especialmente solar y eólica— requiere soluciones que aporten flexibilidad y firmeza al suministro. En este contexto, la llegada del mercado de capacidad marcará un antes y un después.

  1. Qué es el mercado de capacidad
  2. Sector en plena tramitación
  3. Objetivos del PNIEC y expectativas
  4. Impacto económico y social

1. Qué es el mercado de capacidad

El mercado de capacidad, o «sistema antiapagones», es un mecanismo diseñado para retribuir a aquellas instalaciones capaces de aportar seguridad al sistema en momentos de máxima tensión. No se trata solo de generar energía, sino de estar disponible cuando más falta hace. Entran aquí baterías, proyectos híbridos de renovables + almacenamiento, e incluso centrales de gas de bajas emisiones.

El criterio es claro: emisiones inferiores a 550 g CO₂/kWh y ausencia de otras retribuciones reguladas. Además, Red Eléctrica definirá en qué horas deben estar disponibles estas instalaciones.

2. Sector en tramitación

Actualmente, en España hay 5.378 MW de potencia en tramitación para almacenamiento en baterías, según datos de Orka Energía. La mitad de estos proyectos son stand-alone (baterías conectadas directamente a la red), y la otra mitad corresponden a proyectos híbridos con renovables.

Entre los actores destacados figuran Enel (más de 500 MW en proyectos), Grenergy, Matrix Renewables, Iberdrola y Forestalia, cada una con alrededor de 300 MW. En cuanto a los permisos, unos 380 MW ya cuentan con autorización de construcción y más de 1.100 MW de proyectos stand-alone han recibido una Declaración de Impacto Ambiental favorable.

3. Objetivos del PNIEC y expectativas

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) fija un objetivo ambicioso: alcanzar 22 GW de capacidad de almacenamiento en 2030. Este objetivo incluye tanto baterías como bombeo hidráulico, pero se espera que la primera tecnología tenga un peso determinante.

Con las solicitudes de acceso y conexión ya muy por encima de la potencia instalada, la clave estará en agilizar trámites administrativos y asegurar la financiación de los proyectos. Si se logra, España no solo cumplirá los objetivos, sino que podría situarse a la vanguardia europea

4. Impacto económico y social

La implantación del mercado de capacidad tendrá un coste estimado de 800 millones de euros anuales, lo que supondrá un aumento en la factura eléctrica de entre un 5% y un 8%. Este es uno de los puntos más controvertidos del debate, aunque se justifica por la necesidad de contar con un sistema eléctrico seguro y resiliente.

Por otro lado, el desarrollo del sector también impulsa nuevas oportunidades industriales, desde la fabricación de baterías hasta la generación de empleo local y la atracción de inversión extranjera. No hay que olvidar, sin embargo, los retos relacionados con la cadena de suministro de materias primas estratégicas como litio, níquel o cobalto.

Una oportunidad estratégica

El futuro energético de España pasa por el almacenamiento. Con una cartera de proyectos en auge, objetivos claros y un nuevo marco regulatorio en camino, el país está en condiciones de consolidarse como referente en Europa.

El reto ahora no es tecnológico, sino administrativo, financiero y logístico. Si España consigue sortear esos obstáculos, el sector de las baterías no solo garantizará un suministro eléctrico estable, sino que se convertirá en motor de competitividad e innovación

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